La PUERTA de los GONDI
Cercano consejero de la Reina-Madre, Catherine de Médicis - desempeñará un papel no desdeñable en la masacre del Santo-Barthélemy - Albert de Gondi adquiere sistemáticamente las tierras vecinas de la residencia real de Saint-Germain-en-Laye y arregla a Noisy-en-Cruye, en torno a un edificio bastante modesto, espléndidos jardines, así como una gruta, inspirados en el espíritu del Renacimiento italiano.
Durante cerca de ciento años, el castillo de Noisy será el testigo de acontecimientos históricos.
En 1592, el Cardenal Pedro de Gondi (hermano de Albert) négociará en Noisy, en presencia del Legado Papal, una tregua entre los partidos católico y protestante que llevara al año siguiente a la abjuración de Henri de Navarra: Rey Enrique IV desde el asesinato de su primo Enrique III (1689), el Bearnés no conseguía conquistar el Norte de su reino , en particular, París la capital.
En 1607, es al castillo de Noisy que el Rey enviará al delfín, futuro Luis XIII, y su hermana, durante una epidemia de peste a Saint-Germain.
Entre 1648 y 1652, un nieto de Albert, Jean-François Paul, cardenal de Retz y futuro mémorialista, quién desempeña entonces un papel importante en la « Fronde » (« Honda ») contra le joven rey y su Ministro Mazarin; acogerá en esta residencia de su familia famosos « Frondeurs » ( partidarios de la Fronde) como le príncipe de Conti y la duquesa de Longueville, hermano y hermana del gran Condé, o de los parlamentarios como Bossuet.
En 1654, los Gondi venden el castillo a François Bossuet del cual deberá separarse tras especulaciones , y es finalmente el propio Rey que comprará en 1675 la tierra de Noisy, quién toma por lo tanto el nombre de Noisy-le-Roi. El castillo estará ocupado de 1684 a 1686 por las futuras Señoritas de San Cyr.
Más tarde la familia real vendrá con motivo de cazas, pero el castillo por falta de mantenimiento se deteriora. El viejo rey intenta ofrecerlo a uno de sus Ministros, Sr. de Chamillart, ¡quién rechazará este regalo demasiado costoso!
En 1732, el rey Louis XV hará don del castillo a M. Leroy, teniente de las cazas del parque de Versalles, a condición de que éste lo haga demoler por cuenta suya. Es con las piedras y quizás la armadura del tejado que se construira el "nuevo castillo".
La espléndido propriedad de Albert de Gondi
no sigue siendo más que una puerta, dos perros de piedra y pobres vestigios
de la escalera en forma de herradura que daba sobre el segundo patio del castillo.